DÍA 13 – Está bien ser una obra maestra y un trabajo en progreso al mismo tiempo.
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Hoy quiero compartir un mensaje que resuena profundamente en mí y creo que también en muchos de ustedes: “Está bien ser una obra maestra y un trabajo en progreso al mismo tiempo”. En un mundo que a menudo exige perfección, debemos recordar que el crecimiento y la grandeza pueden coexistir maravillosamente.
Pensemos en un cuadro, una obra maestra intrincada colgada en una galería. Admiramos sus colores, su profundidad, su capacidad para evocar emociones, pero lo que no vemos es el proceso que hay detrás de él: las incontables horas de trabajo del artista, los errores, los momentos de duda y los ajustes constantes. Cada pincelada, incluso las que se taparon o se pintaron encima, desempeñaron un papel crucial en la creación de la obra final. De manera similar, nuestras vidas están llenas de momentos de brillantez y momentos de lucha, y ambos son igualmente importantes para dar forma a quienes somos.
Ser una obra maestra no significa que hayamos alcanzado la perfección. Significa reconocer nuestro valor y belleza incluso en medio de nuestros defectos e imperfecciones. Se trata de aceptar nuestro viaje, de comprender que cada paso, cada tropiezo, cada triunfo y cada fracaso es parte del gran tapiz de nuestras vidas. Estamos evolucionando, aprendiendo y creciendo, y ahí es donde ocurre la verdadera magia.
Pensemos en la flor de loto, que crece en aguas turbias pero florece con tanta pureza y gracia. No espera a que el agua se aclare para revelar su belleza, sino que prospera en las condiciones que parecen menos que ideales. Nosotros también podemos brillar a pesar de nuestros desafíos. Nuestras luchas no disminuyen nuestro valor, sino que realzan nuestra historia.
Así pues, aceptemos nuestra dualidad. Celebremos nuestros logros y reconozcamos que todavía hay más por aprender y experimentar. Seamos amables con nosotros mismos y comprendamos que el progreso no siempre es lineal. Habrá contratiempos, y eso está bien. Todo es parte del camino.
Cuando te mires al espejo, mira la obra maestra: la persona que ha superado, logrado y crecido. Pero también mira el trabajo en progreso: la persona que todavía está aprendiendo, evolucionando y esforzándose por lograr más. Ambos aspectos son igualmente importantes y, juntos, te hacen quien eres.
Recuerda que no se trata de alcanzar un destino, sino de apreciar el viaje. Se trata de amarnos a nosotros mismos en cada etapa, cada desafío y cada victoria. Por lo tanto, siéntete orgulloso de tu progreso y sé amable con tu proceso. Eres una obra maestra y un trabajo en progreso, y eso está perfectamente bien.
Para reforzar esta mentalidad, aquí hay diez afirmaciones para recordarnos que está bien ser tanto una obra maestra como un trabajo en progreso:
- Soy digno de amor y respeto tal como soy.
- Mi viaje es único y aprovecho cada paso del mismo.
- Celebro mis logros y aprendo de mis errores.
- Estoy constantemente creciendo, evolucionando y convirtiéndome en mi mejor versión.
- Mis imperfecciones me hacen maravillosamente humano.
- Soy resiliente y capaz de superar cualquier reto.
- Cada día es una oportunidad para aprender y mejorar.
- Confío en el proceso de mi vida y abrazo lo desconocido.
- Honro mi pasado, aprecio mi presente y espero con ansias mi futuro.
- Soy una obra maestra, siempre en progreso y estoy orgulloso de quién soy.
Que estas afirmaciones sean un recordatorio constante de que eres suficiente, de que eres digno y de que tu camino es una hermosa combinación de progreso y perfección. Juntos, abracemos nuestros caminos únicos, celebremos nuestro crecimiento y honremos nuestro valor inherente.
1 comentario
Beautifully imperfect and filled with the love and light to the “Lighthouse” for all who seek… to find.
Fragile packaging fill with priceless wisdom ✨️
Blessings LifeCoach614 you are truly 🎶Walking in your Purpose🎶