DAY 33 - Before you diagnose yourself with depression, make sure you are not in fact surrounded by A-Holes.

DÍA 33 - Antes de diagnosticarte depresión, asegúrate de que en realidad no estás rodeado de imbéciles.

Seamos realistas por un segundo: la vida no te da un manual. No hay un manual de instrucciones que te diga cómo navegar los días en los que todo parece ir al infierno. Nadie te advierte que ser adulto no es solo pagar las cuentas y alcanzar objetivos profesionales, sino también llorar en la ducha a las 3 a. m. porque estás abrumado, exhausto y cuestionándolo todo.

Vivimos en un mundo que nos dice que debemos esforzarnos más , hacer más , arreglarnos , como si fuéramos una especie de producto roto que solo necesita algunos retoques para ser aceptable. Y déjame decirte algo: no estás roto. No eres un proyecto que necesita perfeccionarse. No eres una lista de logros esperando ser completados.

Eres humano, lo que significa que vas a cometer errores. Y muchos, y eso está bien. Porque la verdad es que nadie tiene claro cómo funciona esto de la vida. Nadie tiene la fórmula perfecta para la felicidad, el éxito o la paz. Todos estamos tratando de salir adelante, de darle sentido al caos y de encontrar un poco de alegría en el camino.

Pero el problema es que el caos es normal . Pasamos tanto tiempo intentando controlarlo todo, para asegurarnos de que estamos en el camino correcto, que olvidamos que la vida no está hecha para ser controlada a la perfección, sino para ser vivida. Y a veces vivir significa tropezar, caer y volver a levantarse. Significa tener días en los que te sientes en la cima del mundo, seguidos de días en los que sientes que te estás hundiendo.

¿Y sabes qué? Todo eso es parte del proceso. El crecimiento no es un viaje lineal y directo en el que estás mejorando y subiendo de nivel constantemente. Es un proceso caótico, lleno de contratiempos, desvíos y obstáculos. Un día progresarás y al día siguiente sentirás que lo has perdido todo. Pero, ¿y esos momentos? ¿Aquellos en los que más luchas? Esos son los momentos en los que más creces.

No es necesario que tengas todo bajo control. Nadie lo tiene. Déjame decirte algo: he visto a personas que parecen estar viviendo su mejor vida por fuera, pero por dentro se están desmoronando. Todos estamos así, de alguna manera. Todos estamos tratando de sobrevivir el día sin perder la cabeza. Así que deja de compararte con los momentos destacados de otra persona. Deja de pensar que, como tu vida no es perfecta, de alguna manera estás fracasando.

La verdad es que nadie habla del desorden porque es incómodo, es vulnerable, pero el verdadero trabajo se desarrolla en el desorden, donde aprendes quién eres, de qué estás hecho y a qué puedes sobrevivir. El desorden es donde creces, donde te derrumbas y te reconstruyes, una y otra vez.

¿Conoces esos días en los que sientes que estás arrastrándote por el barro y apenas logras salir adelante? Esos son los días que más importan. Son los días en los que estás desarrollando resiliencia, fuerza y ​​carácter. Puede que no lo veas ahora, pero cada vez que te levantas, incluso cuando parece imposible, te estás demostrando a ti mismo lo fuerte que eres.

¿Y adivina qué? El crecimiento no tiene por qué ser bonito ni estar atado con un moño elegante. Puede ser feo, puede ser caótico, puede estar lleno de lágrimas, frustración y dudas. Pero eso no lo hace menos válido. De hecho, lo hace aún más poderoso. Porque cualquiera puede aparecer cuando la vida es fácil. ¿Pero aparecer cuando todo se está desmoronando? Ahí es donde reside la verdadera fuerza.

Así que, si estás ahí sentado pensando que estás fracasando porque la vida se siente demasiado pesada en este momento, déjame recordarte que no estás fracasando. Estás viviendo . Estás experimentando todo el espectro de lo que significa ser humano. Estás sintiendo los altibajos, la alegría y el dolor. Y de eso se trata la vida. Se trata de aceptarlo todo, lo bueno, lo malo y lo feo, y saber que, a pesar de todo, eres suficiente.

No tienes que tener todas las respuestas. No necesitas tener toda tu vida planeada. Está bien estar confundido. Está bien cambiar de opinión. Está bien no saber qué diablos estás haciendo la mitad del tiempo. Porque, ¿adivina qué? Ninguno de nosotros lo sabe. Así que deja de presionarte para ser perfecto. Deja de esperar que siempre estés "listo". Tienes derecho a estar cansado. Tienes derecho a descansar. Tienes derecho a simplemente ser . Eres suficiente, aquí mismo, ahora mismo, en este momento, incluso si todo parece un desastre.

Porque la verdad es que no te definen tus peores días. No te definen tus errores. No te define lo “en orden” que parece tu vida. Te define tu corazón, tu resiliencia y tu voluntad de seguir adelante, incluso cuando es difícil.

Así que, si te sientes perdido, si te sientes abrumado, si estás cuestionando tu valor, solo debes saber esto: lo estás haciendo mejor de lo que crees. Eres más fuerte de lo que crees. Y eres digno de amor, alegría y paz, incluso cuando la vida se siente caótica.

Acepta el desorden. Celebra el caos. Porque ahí es donde ocurre la magia. Ahí es donde ocurre el crecimiento. Ahí es donde existes . Y déjame terminar con esto: cada uno de nosotros camina con su propio desorden. Pero es en esos momentos desordenados, crudos y sin filtros donde encontramos nuestro poder. Así que deja de esconderte del desorden. Acéptalo. Acéptalo. Vívelo. Porque ahí es donde reside tu verdadera belleza.

Regresar al blog

Deja un comentario