DÍA 39 - Sé tú mismo para que lo que te ha sido asignado pueda encontrarte
Compartir
Bien, seamos realistas. ¿Cuántos de nosotros estamos aquí caminando en la piel de otra persona? Nos despertamos todos los días, nos ponemos estas máscaras, tratamos de ser la versión de nosotros mismos que creemos que hará que la gente nos quiera, nos respete, nos ame... y luego nos preguntamos por qué nos sentimos estancados. Nos preguntamos por qué estamos cansados, frustrados e insatisfechos. Déjame decirte: es porque no puedes esperar que lo que está destinado a tu verdadero yo aparezca cuando estás aquí fingiendo ser otra persona.
Por ejemplo, imagina que estás en una fiesta y te pones una máscara, no solo una metafórica, sino literal. Te estás relacionando, hablando con la gente, pero después de un rato, la gente empieza a darse cuenta de que algo no va bien. Son educados, pero nadie te ve porque esa máscara estorba. El ambiente se vuelve incómodo. Ahora estás ahí, sabiendo en el fondo que no estás conectando realmente, pero no te quitas la máscara. Tienes miedo de hacerlo. Y luego, cuando la fiesta termina, te vas pensando: "Hombre, ¿por qué no me divertí más? ¿Por qué nadie me entendió?". ¡Pero es porque nunca les mostraste quién eras en primer lugar!
Lo mismo ocurre en la vida real. Tenemos miedo de mostrarnos como realmente somos, pensando que la gente no nos aceptará, así que nos escondemos. Pensamos: "Si cambio esto o aquello de mí, entonces conseguiré lo que quiero". Así que modificamos nuestra personalidad en el trabajo, minimizamos nuestra creatividad con nuestros amigos u ocultamos nuestro lado sensible en las relaciones porque, por alguna razón, pensamos que no nos amarán si no somos "perfectos". Pero todas esas cosas que deseas, ya sea amor, éxito, alegría, no pueden encontrarte cuando vives una mentira.
Hablemos de las citas, por ejemplo. ¿Cuántas veces has tenido una cita e intentaste ser más de lo que pensabas que esa persona quería? Tal vez fingiste que te encantaban los deportes, actuaste de manera súper relajada cuando en realidad eres apasionada e intensa, o reprimiste tus peculiaridades. Unas semanas o meses después, sientes que la relación no va a ninguna parte. Estás agotada porque has gastado toda tu energía tratando de ser una versión diluida de ti misma. Pero no puedes construir algo real sobre una base falsa. Esa relación no terminó porque no fueras lo suficientemente buena, terminó porque no estabas siendo tú misma . ¿La persona que realmente está destinada a ti? Se va a enamorar de ti , no de una actuación.
O piensa en tu trabajo. Tal vez tengas un trabajo en el que cada día sientes que te estás mostrando como alguien que no eres. Atenúas tu luz porque no quieres destacar demasiado, o te muerdes la lengua porque tienes miedo de herir a alguien. Pero, ¿ese ascenso o esa oportunidad con la que sueñas? No llegará si las personas a cargo ni siquiera pueden ver de lo que eres realmente capaz. Estás sentado allí, pensando: "¿Por qué no pueden ver mi valor?", cuando la realidad es que no pueden verlo porque estás demasiado ocupado ocultándolo.
Y ni hablemos de las redes sociales. Muchos de nosotros estamos atrapados en este interminable juego de comparaciones. Ves a gente que publica sus vidas seleccionadas, todo parece perfecto, ¿verdad? Así que tratamos de replicarlo. Filtramos nuestras personalidades como filtramos nuestras fotos. Pero aquí está el truco: mientras estás ocupado tratando de ser como ellos, las oportunidades que se supone que tienes se te escapan porque no te muestras como tú mismo. Es como pescar con el cebo equivocado: atraparás algo, pero no será lo que realmente quieres o necesitas.
Puedes abrirte paso a toda prisa, pero si no eres tú mismo cuando llegas, no durará. Te cansarás de intentar seguir el ritmo de una versión de ti que ni siquiera existe. Es como correr en una cinta de correr: te esfuerzas, pero no llegas a ninguna parte.
Aquí hay otra situación con la que te puedes identificar: ¿alguna vez has estado en una habitación con un grupo de personas y has sentido la tensión de intentar encajar? Es como cuando estás en esa cena familiar y te abstienes de decir lo que realmente sientes porque sabes que eso va a causar problemas. Pero este es el problema: cuanto más tiempo haces eso, más desconectado te sientes de ti mismo. Dejas ese espacio sintiéndote más pequeño, como si hubieras traicionado tu propia verdad, y eso te carcome. Eso es lo que sucede cada vez que te encoges para encajar en espacios que no están destinados para ti.
La verdad es que ser tú mismo es complicado, incómodo y, a veces, aterrador. Es como estar frente al mundo sin armadura, solo tu yo crudo y sin filtros. La gente puede malinterpretarte. Puede que te juzgue. Puede que se aleje. Pero aquí está la cuestión: ¿las personas que importan? ¿Las oportunidades que tienes ? Vendrán a ti porque reconocen quién eres realmente, no quién estás fingiendo ser.
Mira, sé que es tentador tratar de ser otra persona porque pensamos que es la única manera de salir adelante, de ser amado, de ser aceptado. Pero ese no es tu camino. No puedes caminar por el camino de otra persona y esperar encontrar tu destino. Tienes tu propio camino, y lo que está destinado para ti está ahí, esperando. Pero no puede encontrarte si sigues zigzagueando por el camino de los demás.
Entonces, ¿qué significa “ser tú mismo”? Significa aceptar tus peculiaridades, aceptar tus imperfecciones y hablar en voz alta sobre las cosas que amas. Significa no disculparte por ser demasiado o no ser suficiente según los estándares de los demás. Significa saber que las oportunidades adecuadas, las personas adecuadas y las bendiciones adecuadas aparecerán cuando te muestres como tu yo completo y auténtico.
Y sí, al principio te sentirás raro. Vas a querer retirarte y volver a ponerte esa máscara. Pero cuanto más practiques para ser quien realmente eres, más libertad sentirás. Notarás que las cosas empezarán a encajar. No tendrás que perseguir cosas que no son para ti porque lo que es para ti encontrará el camino hacia ti de forma natural.
Así que deja de jugar a lo pequeño. Deja de intentar encajar en moldes que nunca fueron hechos para ti. Porque lo que está destinado para ti no puede aparecer hasta que tú lo hagas. Sé tú mismo, para que lo que te ha sido asignado pueda realmente encontrarte.